Una reciente queja a nivel federal por abuso civil interpuesta por la organización Iniciativas Comunitarias para los Migrantes en Confinamiento (CIVIC, por sus siglas en inglés) evidencia una sucesión de abusos sexuales adjudicada al Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés) de EU. Sin embargo, es un tema que al parecer tiene sin cuidado a la administración Trump.
Una reciente queja a nivel federal por abuso civil interpuesta por la organización Iniciativas Comunitarias para los Migrantes en Confinamiento (CIVIC, por sus siglas en inglés) evidencia una sucesión de abusos sexuales adjudicada al Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés) de EU. Sin embargo, es un tema que al parecer tiene sin cuidado a la administración Trump.
Entre enero de 2010 y julio de 2016, la Oficina del Visitador General (OIG) del DHS recibió 33,126 quejas de acoso sexual o maltrato físico en contra de las agencias que integran esta dependencia del gobierno federal. La agencia con más quejas fue el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), es decir, la oficina responsable de los centros de detención de migrantes. Del total de quejas, más de 44% (casi 15 mil casos) se registraron en contra del ICE. En tanto, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), responsable de detener personas en todos los puertos de entrada, recibió más de 10 mil quejas.
Estos datos que CIVIC obtuvo mediante una petición a la Ley de Libertad de Información revelan que la OIG investigó apenas 247 de estas quejas, o menos del 1% del total de los expedientes.
Cuando las mujeres y sus hijos llegan a presentar alguna queja en los centros de detención de migrantes, los documentos del gobierno demuestran que las quejas se ignoran con facilidad.
Un vocero del ICE dijo en un boletín de prensa que “para la agencia, la incidencia en general de este tipo de actividades es muy baja” en comparación con el número total de personas detenidas en sus instalaciones. Sin embargo, estas quejas no son nada más datos estadísticos. Representan a seres humanos a los que han violado, atacado sexualmente y hostigado ya sea a manos de agentes del DHS o debido a que el DHS ha sido incapaz o no ha tenido la voluntad de proporcionar protección.
Rossana Santos, quien participa en la demanda, llegó a EU desde la República Dominicana a la edad de nueve años. A pesar de que es una residente legal, se le detuvo en la cárcel del condado de York, Pensilvania, donde fue acosada sexualmente por un oficial carcelario en 2013. Santos regresaba de su audiencia en una corte migratoria cuando el empleado que la escoltaba la metió por la fuerza a un salón sin cámaras de vigilancia. Le dijo que tenía que hacer todo lo que él le ordenaba, o en caso contrario la sodomizaría.
Santos presentó una demanda, pero en lugar de investigar el ataque, las autoridades la pusieron en confinamiento solitario por 11 días. Del total de agresiones sexuales registradas ante CIVIC, apenas 18.5% de los quejosos se sintieron cómodos llenando una demanda formal contra el DHS.
A los hombres también se les disuade de presentar quejas.
“Muchas de las mujeres de ahí tienen problemas similares. La mayoría de ellas ni siquiera sabe cómo quejarse. Tampoco dicen nada pues temen represalias”, dijo Santos durante una entrevista telefónica.
Su historia no es un accidente aislado. Algunos, sino es que muchos de estos ataques los perpetran elementos de ICE, vigilantes privados para resguardar las instalaciones, y hasta profesionales médicos.
En el Centro de Detenciones Stewart, un centro del gobierno en Georgia, mientras revisaban a un hombre, un guardia tocó sus genitales. Al quejarse, los guardias lo interrogaron sobre su preferencia sexual en lugar de protegerlo.
En el Centro de Detención del Noroeste, una instalación en Washington, DC, administrada por el GEO Group, un individuo en detención presentó una queja tras ser víctima de abuso sexual por un médico asistente del Servicio de Cuerpos de Salud durante un examen físico.
En los centros de detención de familias migrantes, a los niños y madres que hablan español no se les informa de su derecho de presentar quejas. De hecho, la versión en español del manual del ICE culpa a las mujeres de sus casos de abuso con recomendaciones como “no beber” o hablar de sexo para que nadie las acose en las instalaciones. La versión en inglés instruye a las mujeres a reportar crímenes en un párrafo y con puntos claros.
Cuando las mujeres y sus hijos llegan a presentar alguna queja en los centros de detención de migrantes, los documentos del gobierno demuestran que las quejas se ignoran con facilidad. En el Centro Carcelario del Condado Karnes, una joven menor de 18 años presentó una queja por abuso sexual. Una revisión médica de la joven demostró indicios de una enfermedad transmitida sexualmente, así como desgarro vaginal. A pesar de la evidencia física, el ICE declaró que no había fundamento para un caso de abuso sexual.
A los hombres también se les disuade de presentar quejas. Douglas Menjivar Pineda, otra de las partes en la demanda del CIVIC, fue violado en 2013 en el Centro de Detención Joe Corley que el GEO Group administra en Texas. A pesar de sus temores por probables represalias, Menjivar reportó la violación a un supervisor de la cárcel. El funcionario respondió que Menjivar era la persona más “estúpida” bajo detención pues “permitió” que le pasara esto.
Un año después, el ICE lo transfirió a otras instalaciones y Menjivar pudo interponer una demanda por la violación. Pero no fue sino hasta enero de 2015 cuando los agentes deL ICE realizaron una investigación interna sobre su queja. Su abogado no pudo estar en los interrogatorios y el gobierno declaró que “los hechos y la evidencia no dan sustento a decir que el incidente ocurrió”.
El DHS no ha dado respuesta directa a CIVIC o a las víctimas de ataques sexuales nombrados en la demanda. CIVIC ya dirigió su queja al Congreso y pidió a los legisladores que establezcan la segunda Comisión Nacional para la Eliminación de las Violaciones en Prisiones a fin de que se investiguen las faltas a la Ley de Eliminación de Violación Carcelaria, específicamente en instalaciones de detención del ICE y la CBP.
Fonte: Huffington Post