Migrantes varados en Chihuahua por el derrumbe del puente en las vías de ferrocarril

idi spaMás de 60 migrantes que van en busca del sueño americano, se quedaron varados en Chihuahua capital, debido a que no hay tren para cruzar al otro lado, pernoctando a lo largo de las vías de ferrocarril, especialmente bajo el puente de la Pacheco

Más de 60 migrantes que van en busca del sueño americano, se quedaron varados en Chihuahua capital, debido a que no hay tren para cruzar al otro lado, pernoctando a lo largo de las vías de ferrocarril, especialmente bajo el puente de la Pacheco; los viajeros agradecen los alimentos que generosamente les llevan, y esperan a que pronto haya corrida del tren para seguir su viaje.

Aunque casi la mitad de ellos se encuentran refugiados en la Casa del Migrante, la mayoría prefiere quedarse a la intemperie, señalando que se sienten más cómodos afuera; asimismo, que no se pueden quejar de malos tratos ya que la gente es muy generosa y les lleva alimentos.

Provenientes de otras entidades del país y de Centroamérica, los migrantes han esperado bajo el puente entre una y dos semanas, ya que con el derrumbe del puente de las vías del Ferrocarril de Cuauhtémoc a Chihuahua, el viaje se ha obstaculizado.

Los migrantes aguardan ansiosos a que pronto se restablezca el paso del ferrocarril, ya que su sueño es seguir el viaje hasta finalmente cruzar a los Estados Unidos, aunque otros pocos, por el contrario, quienes llegaron deportados, también esperan el tren pero para llegar a sus hogares dentro del país.

Mientras se reinicia la corrida del tren, los migrantes en su mayoría esperan bajo el puente de la avenida Pacheco, algunos sobre un colchón, otros arropados en cobijas, y otros más sentados, comiéndose una tortilla y lentejas, que el día de ayer, por ejemplo, les llevaron miembros de la iglesia Dimensión de Movilidad Humana de Dios.

Los migrantes señalan que no se pueden quejar del trato, ya que unos y otros platican y se cuentan sus historias de vida, además están libres para ir y venir en el lugar, y personas caritativas como el matrimonio de Leo Zavala y Lupita Fernández, les llevan el alimento diario.

También en el lugar, quizá por adicción de hace tiempo o vicios que en el pesado viaje adoptan, algunos migrantes aprovechan la libertad del lugar para inhalar sustancias o fumar cigarrillos de marihuana, ante los ojos de propios y extraños, sin importarles lo mal vistas que pueden ser estas conductas.

Algunos preocupados, otros desesperados y unos más sonrientes y rejalados, es como cada uno de los migrantes esperan nuevamente el paso del tren, debajo del puente contando horas y días, para finalmente continuar con la búsqueda del sueño.

Fonte: El Sol de Parral

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