El concejal de Colau matiza y dice ahora que hay que garantizar la tutela de los menores no acompañados
El Govern terció este martes en la polémica desatada por el teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle (Units), que apostó el pasado lunes por un “retorno asistido” de los menores migrantes no acompañados que no se integren. “Tenemos claro que hay que acompañar a los menores en la integración aquí en casa que es donde están”, defendió la portavoz Meritxell Budó. Batlle, criticado en el pleno del Ayuntamiento, matizó su propuesta afirmando, sin mucha concreción, que no se obligaría a volver a su país a ningún chaval que no quiera hacerlo.
Ante las críticas de entidades y de los grupos municipales de ERC y Junts per Catalunya, Batlle se mostró dispuesto a “matizar si es necesario”, aunque tampoco fue precisamente claro. “Hemos de orientar nuestra actuación para velar por el derecho a tutela y el derecho a educación, pero con realismo y con interés y estima de los menores”, afirmó dando a entender que no se obligaría a volver a su país a ningún chaval que no quiera hacerlo.
El concejal de seguridad socialista se convirtió en el protagonista del pleno extraordinario sobre seguridad que han forzado convocar Ciutadans, ERC, Junts per Catalunya y PP. El teniente de alcalde aseguró además que se siente “apoyado” por la alcaldesa Ada Colau y por los cuerpos policiales y que tiene un “alto grado de coincidencia” con el gobierno. Colau optó por no opinar sobre las palabras del responsable de Seguridad. “Me preocupa lo que dijo [Batlle] pero también el silencio de la alcaldesa”, afirmó el concejal republicano Jordi Coronas.
Durante la sesión, de apenas media hora, Batlle recibió duras críticas por parte de republicanos y neoconvergentes. Y en cambio, expresaron su apoyo al nuevo teniente de alcalde de Seguridad tanto Ciutadans como PP y Barcelona pel Canvi. El más explícito fue Paco Sierra, de Ciutadans: “Hemos fichado al Messi de la seguridad, pero va a competir con la selección del mundo de delincuentes”. Con los votos de todos los partidos salvo ERC, que se abstuvo, el texto de la proposición aprobada pide un plan de choque, más agentes de la Guardia Urbana, actuar contra el top manta e instar a las autoridades judiciales a reformar el Código Penal.
Desde ERC, Jordi Coronas, expresó su “preocupación por las declaraciones, en las que de manera edulcorada habló de expulsiones” y ha alertado del “silencio de Colau”. “Nos da la sensación de que Colau preside el pleno, el PSC ejecuta y las órdenes las da Manuel Valls”, manifestó y se mostró enojado porque el texto final del pleno no contempla, como figuraba en el original, “crear una comisión de estudio para debatir y definir un modelo de seguridad en Barcelona”.
La intervención de Elsa Artadi, de Junts per Catalunya, se centró en recordar los malos datos sobre delincuencia y también arremetió contra Batlle. “Nos preocupa que la respuesta [ante los datos] sea expulsar a los menores que duermen en la calle. Que el chivo expiatorio sean los menores cuando sufrimos brotes de xenofobia y desde el Govern hacemos un esfuerzo por contener”, dijo y añadió que Batlle “tira leña al fuego” y plantea un “debate no muy distinto de las medidas que propone [el presidente de Estados Unidos] Trump”. Una frase que Batlle respondió diciendo que Junts per Catalunya actúa como la CUP.
Contra las críticas de los dos partidos independentistas, Batlle recibió el apoyo del resto de partidos. Josep Bou, del PP, dijo que le otorga “un voto de confianza”. Manuel Valls, de Barcelona pel Canvi, aseguró que le apoya y que le “ayudará a que la situación cambie”.