Ellas también correrán riesgos, al menos de sumergirse en la clandestinidad para enfrentar algunos de sus problemas de género como la violencia doméstica o los bajos salarios
Ellas también correrán riesgos, al menos de sumergirse en la clandestinidad para enfrentar algunos de sus problemas de género como la violencia doméstica o los bajos salarios
Hace décadas que la migración no es asunto de hombres. Pero en los últimos años, una serie de factores han empujado a la mujer mexicana a salir de sus lugares de origen hacia Estados Unidos, donde se fortalecen en número, participación económicamente activa y el hogar (encabezan casi la mitad de ellos), aunque prevalecen los bajos salarios y la vulnerabilidad social.
Un estudio sobre el tema de la feminización de la migración que promueve el Consejo Nacional de Población (Conapo) como su última aportación al tema detalla con base en una encuesta en 2015 que México es el segundo país a nivel mundial con el mayor número de mujeres emigrantes: 5.8 millones; de los cuales, el 99% se concentra en Estados Unidos.
Conapo destaca que estas mujeres han tenido hasta ahora menos casos de deportación, puesto que sólo representan el 10% de la población mexicana repatriada que entre 2009 y 20014 sumaron 217,000.
Sin embargo, ante las políticas de persecución a mexicanos que arreciaron con el presidente Donald Trump, algunos analistas calculan que ahora ellas también correrán más riesgos, al menos de sumergirse en la clandestinidad para enfrentar algunos de sus problemas de género como la violencia doméstica o los bajos salarios.
“Ahora que están en riesgo de que las deporten mucho menos pedirán ayuda”, advirtió Gretchen Kuhner, fundadora del binacional Instituto para las Mujeres en la Migración.
Los datos de Conapo señalan que las mujeres mexicanas son el grupo inmigrante con más baja actividad en el mercado laboral en comparación con las nativas blancas y el conjunto conformado por las demás inmigrantes.
En términos absolutos, sólo 2.6 millones de los casi 4.8 millones de mujeres mexicanas con edad entre 16 y 64 años era población económicamente activa al momento del estudio con un salario promedio de 22,000 dólares al año.
Esto a pesar de que su perfil se encuentra en edad promedio de 40 años (más alta que la de los hombres), concentrada en edades productivas y reproductivas (44 por ciento de ellas tiene entre 18 y 39 años), y con una proporción en edades maduras ligeramente superior a la estructura por edad de los varones.
El principal problema –detalla el estudio de Conapo- radica en la baja escolaridad de las mexicanas: casi seis de cada diez de las connacionales de 25 años o más no concluyeron el nivel medio superior aunque este índice de escolaridad no es diferente de los varones mexicanos.
Esto da como resultado que sólo 12 por ciento de las mexicanas ocupadas se desempeñe en actividades ejecutivas, profesionistas o técnicas, frente al 39 y 46 por ciento que exhiben otras inmigrantes y nativas blancas, por lo que el estudio concluyó en la necesidad de alentar la importancia de los estudios entre las mujeres migrantes para empoderarse en el entorno no sólo en número.
Fonte: La Opinión