La ONU aprueba un pacto mundial sobre los refugiados

Se aprueba por amplia mayoría un documento que pretende crear respuestas adecuadas para hacer frente a la afluencia de refugiados. Al igual que el pacto migratorio de la semana pasada, el texto es rechazado por Estados Unidos y Hungría.

Naciones Unidas aprobó el lunes (17 de diciembre) un pacto mundial sobre los refugiados. Un total de 181 países votaron a favor del documento, mientras que Estados Unidos y Hungría se opusieron. La República Dominicana, Eritrea y Libia se abstuvieron.

Elaborado bajo la dirección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), con sede en Ginebra y presidido por el italiano Filippo Grandi, el Pacto Mundial sobre los Refugiados pretende promover una respuesta internacional adecuada a los flujos masivos y las situaciones de refugio prolongado.

A finales de 2017, había casi 25,4 millones de refugiados en todo el mundo. Actualmente, solo 10 países acogen a 60% de las personas en esta situación. Solo Turquía acoge a 3,5 millones de refugiados, más que ningún otro país.

Al igual que el pacto global sobre migración, aprobado la semana pasada por representantes de 160 países, el pacto global sobre refugiados no tiene valor vinculante, y ambos derivan de un documento firmado en 2016 conocido como Declaración de Nueva York, adoptado por unanimidad por los 193 miembros de la ONU.

El Pacto Mundial sobre los Refugiados tiene cuatro objetivos principales: aliviar la presión sobre los países de acogida, aumentar la autosuficiencia de los refugiados, incrementar el acceso a soluciones de terceros países y ayudar a crear las condiciones en los países de origen para el retorno seguro y digno de los ciudadanos.

A diferencia del documento sobre migrantes, en el que Estados Unidos ni siquiera quiso participar en las negociaciones, el pacto sobre refugiados sí contó con la colaboración estadounidense al menos mientras duraron las conversaciones, que se prolongaron durante 18 meses.

Pacto de migración

El Pacto Mundial sobre Migración, otro tratado auspiciado por la ONU, fue aprobado hace una semana durante una conferencia intergubernamental celebrada en Marrakech (Marruecos).

El pasado lunes, 164 de los 193 Estados miembros de la ONU (unos 85%), incluido Brasil, adoptaron formalmente el documento, el primero de este tipo.

Sin embargo, poco después de la firma del acuerdo, el embajador Ernesto Araújo, confirmado para asumir el Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que el gobierno del presidente electo Jair Bolsonaro se desvincularía del pacto. Según él, la inmigración debe ser tratada de acuerdo con “la realidad y la soberanía de cada país”.

Brasil no fue el único en anunciar que abandonaría el documento. Lo mismo habían hecho ya Polonia, Hungría, la República Checa, Chile y Austria. El texto aún debe votarse el próximo miércoles (19 de diciembre) en la Asamblea General de la ONU.

El domingo, el pacto volvió a ser defendido y repudiado. El Papa Francisco expresó su apoyo, llamando a la comunidad internacional a trabajar “con responsabilidad, solidaridad y compasión” hacia los migrantes.

El mismo día, más de 5.000 manifestantes contra el acuerdo protestaron en Bruselas. Hubo enfrentamientos con la policía, que tuvo que utilizar cañones de agua para dispersar a los manifestantes. Casi 100 personas fueron detenidas. La manifestación, denominada “Marcha contra Marrakech”, se convocó en reacción al apoyo del primer ministro belga, Charles Michel, al pacto.

JPS/ots/afp/lusa

Fuente: dw

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