ESPIRITUALIDAD (TAMBIÉN) EN SALIDA

Cuando Jesús habita en el corazón de una persona, ésta buscará necesariamente la presencia de los demás, como contagiada por la luz de la Buena Nueva, haciendo todo lo posible para que brille cada vez más. Toda semilla tiende a germinar y expandirse, ya sea echando raíces hacia abajo, hundiéndose en el suelo oscuro y húmedo de la tierra, ya sea hacia arriba, renaciendo en hojas, flores y frutos. Embriagada, tiene sed de aire fresco, sol y cielo azul. Del mismo modo, cuando Jesús habita en el corazón de una familia o de una comunidad, necesariamente buscarán la convivencia de los demás, ampliando el ámbito de sus relaciones y la luz de la Buena Nueva. De ser un gueto, una burbuja o un escondite cerrado, la familia/comunidad se transforma en un ambiente abierto al encuentro y a la confrontación, al diálogo y a la solidaridad.

es_ESSpanish
Ir al contenido