El futuro de los refugiados rohingya en Bangladesh "pende de un hilo": jefe de ACNUR

Las necesidades críticas de 1,2 millones de refugiados, en su mayoría rohingya, en el sudeste de Bangladesh fueron el tema principal de una misión de investigación en la región llevada a cabo por tres altos funcionarios de las Naciones Unidas, que pidieron el viernes a la comunidad internacional que les siga prestando apoyo. 

Al término de una visita conjunta al país, el Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Mark Lowcock, el jefe de la Agencia de la ONU para las Migraciones (OIM), António Vitorino, y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, reiteraron su compromiso de encontrar soluciones seguras y sostenibles para los refugiados rohingya en Bangladesh, así como de ayudarles a regresar a sus hogares de forma segura y digna.

Desde agosto de 2017, casi 900.000 rohingyas musulmanes minoritarios han huido de la violencia a través de la frontera hacia la región bangladesí de Cox's Bazar, uniéndose a otros varios cientos de miles que ya se habían asentado allí en campamentos superpoblados.

El Sr. Lowcock pintó un cuadro de "la brutalidad más espantosa imaginable" durante su primera visita en 2017, cuando "se reunió con niños que habían visto cómo mataban a sus padres" y con mujeres que, "apenas aguantando", relataron "horrendas historias de violencia sexual a las que habían sobrevivido".

Tras visitar Cox's Bazar en este viaje, observaron que casi la mitad de los 540.000 niños refugiados menores de 12 años carecen por completo de educación, mientras que el resto sólo puede acceder a una escolarización muy limitada. Además, sólo un puñado de adolescentes puede acceder actualmente a algún tipo de educación o formación.

"Con la crisis actual a punto de cumplirse dos años, debemos dar a los refugiados la oportunidad de aprender, adquirir habilidades y contribuir a sus comunidades, al tiempo que se preparan para la reintegración cuando puedan regresar a Myanmar", dijo Grandi. "El futuro de los refugiados rohingya pende de un hilo".

La visita se produjo justo antes del inicio de la temporada de ciclones, a la que sigue la llegada de los monzones, ambos con graves riesgos de inundaciones, corrimientos de tierras y brotes de enfermedades para miles de mujeres, hombres y niños vulnerables.

"Estamos preocupados por el bienestar de los refugiados rohingya que viven en circunstancias tan vulnerables en Cox's Bazar, así como por las comunidades de acogida que también se enfrentan a importantes retos, especialmente en vísperas de la estación de los monzones", declaró António Vitorino.

Los dirigentes de la ONU debatieron con el Gobierno las formas en que la comunidad internacional puede seguir apoyando los esfuerzos de preparación y respuesta.

"La comunidad rohingya está formada por muchos jóvenes que necesitan esperanza y oportunidades para construir una vida próspera cuando regresen a Myanmar", añadió Vitorino.

También se reunieron con familias sometidas a un proceso de registro conjunto entre el Gobierno y ACNUR, recibiendo documentos que para muchos son la primera vez que confirman su identidad en Bangladesh y mejoran sus derechos de acceso a servicios y protección.

"Esta sigue siendo una de las mayores crisis de refugiados del mundo", afirmó Grandi. "He visto muchos progresos, pero su situación, especialmente la de las mujeres y los niños, sigue siendo frágil".

Durante su estancia en los campamentos, evaluaron los trabajos en curso para hacer frente a los riesgos meteorológicos, como el refuerzo de los refugios, la mejora de las infraestructuras y la formación de voluntarios, reconociendo al mismo tiempo el papel fundamental que desempeñan los propios refugiados en estos esfuerzos.

"Un enfoque sensato y con visión de futuro se centraría más en ayudar a los refugiados no sólo a recuperarse de los horrores que han sufrido, sino también a prepararse para un futuro digno a largo plazo", concluyó Lowcock.

Noticias ONU

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