El proyecto es el inicio de una red de casas de alojamiento que se pretende abrir en el departamento.
La parroquia San Carlos Borromeo de La Unión abrió y acondicionó una casa para dar refugio y atención a migrantes en tránsito que van hacia Estados Unidos (EUA) y que muchas veces se acercan a pedir alojamiento en la iglesia.
La casa cuenta con habitaciones con sus respectivas camas, baños, cocina, área de sala y una oficina para entrevistas, en la cual también se pretende darle asesoría legal a las personas que viajan de manera ilegal.
“Aquí estamos en un lugar fronterizo y a menudo nos visitan personas que son migrantes, que vienen de Nicaragua, Honduras y otros países, y que nos piden que les demos apoyo para albergarse y pasar la noche, y nosotros hasta hoy no teníamos las condiciones para darles dónde quedarse y para eso nació este proyecto”, explicó el párroco Agustín Romero.
La casa tiene capacidad para albergar a unas 12 personas, a quienes además de alojamiento la parroquia se proyecta brindarles alimentación, atención médica. También se está formando un equipo de profesionales que puedan brindar asesoría legal a quienes lo requieran.
El proyecto surgió en octubre del año pasado, y desde ese momento la iniciativa ha sido apoyada por la organización Cáritas, pero también ha habido donaciones de personas altruistas. Por parte de la parroquia también se hicieron colectas para recaudar fondos y destinarlos a esta obra humanitaria.
“La intención es crear una red de parroquias ubicadas en la zona de la frontera, en donde pueda haber cuatro parroquias que brinden este tipo de atención a migrantes, y se ha pensado en Pasaquina, Anamorós y Santa Rosa de Lima”, indicó el sacerdote Romero.
De acuerdo con los datos de la parroquia San Carlos Borromeo, semanalmente un promedio de tres personas extranjeras se acercan pidiendo alojamiento para una o dos noches, y luego seguir su travesía hacia Estados Unidos.
Esta casa de refugio para migrantes se suma a otras obras sociales que desarrolla la congregación católica, tales como el comedor para adultos mayores o personas pobres, y también un asilo que ha sido abierto en la cabecera departamental.